Mario Bojórquez

Casida de la angustia y otros textos

Casida de la angustia y otros textos

 

 

 

 

PARA UNA LECCIÓN DEL SUJETO POÉTICO

 

Pero cómo decirme, decirte, decirles,

que tengo, tienes, tienen, los ojos entornados,

si al final de los ojos, guardo, guardas, guardan,

la almendra de los días y los rotos veranos.

 

Pero cómo callarme, callarte, callarles,

estos silencios suyos, tuyos, míos,

si en mis, tus, sus, ojos, hay palomas abiertas

sobre campos de sangre, que yo, tú, ellos,

miran,

miras,

miro,

 

(De Pájaros sueltos, 1991)

 

 

 

 

GACELA DE DESPUÉS DEL AMOR

 

No te aflijas, poeta, si su cuerpo volara

si el jardín aromoso de su vientre volara

si sus dos muslos plenos, dura carne, volaran

si sus ojos temibles, si su boca, volaran

si su sueño y su historia, si su amor y su cama

si sus dientes blanquísimos, si su falda esponjada

si de verdad volara, no habría por qué afligirse

siempre habrá un corazón que le brinde morada

si volara, volara.

 

 

 

 

CASIDA DE LA ANGUSTIA

 I

Un ácido durazno

una escaldada lengua de durazno

un picante y ardiente y amargo y picante durazno

en la escaldada lengua, oh tristes,

eso es la angustia.

 

¡Ah! sonrisa estudiada, aligerada, ensayada en el espejo

de lo que no digo.

¡Ah! estúpida respiración despepitada, oprimida, deletreada

veneno inocuo

ulceración.

 

Qué frágil corazón para el que sufre angustia

qué lenta máquina, qué desastrada

y lenta máquina es el corazón.

 

 

II

No conoció la fiebre

mi lengua no conoció la fiebre

no se alzó enardecida para un canto febril

sólo un cantar alegre

oh tristes

sólo un cantar alegre

cantaba mi lengua en su canción.

 

 

III

Este veneno ya estaba en mí

en mi sangre

antes de mí, mi sangre ardió,

antes de mí, mi sangre envenenaba a otros,

mi padre y su padre y sus abuelos, todos heridos

hasta el principio primordial.

Todos ardían como yo

todos arden conmigo.

 

 

IV

Pero el veneno escalda la lengua más feliz

¡oh, tristes!

Hablo de mí, sólo de mí.

 

(De Diván de Mouraria, 1999)

 

 

 

 

BROOKLIN BRIDGE

 

Desde la otra orilla de lo que digo

se tiende un puente para llegar a mi palabra

Cada vez que pronuncio mi nombre

mi nombre vuelve a mí desfigurado

Cada que digo agua, el agua vuelve viento

el viento fuego, el fuego mi nombre exacto

pero mucho más pleno, y más desconocido.

 

Tiro palabras, nombres, versos a la otra orilla

cada vez

y cada vez anuncia nuevas intensidades

de lo que no conozco.

 

Habría de arrojar sobre este puente

aquello que no digo, mi silencio

para que alguna vez vuelva poema.

 

 

 

 

TRIBECA

 

Hay una termita en los muelles que ambiciona comerse el mundo entero.

Los hombres del mar se ríen de sus bravatas

pero en el fondo saben que una termita empecinada

puede ser un peligro.

Una termita al año, trabajando dos turnos, dañará, sin dudarlo,

un largo tablón de encina y con suerte una trave.

Esto no les preocupa.

Seguro el municipio o la capitanía de puerto

repondrá los maderos.

Esta ciudad es grande, grande es su presupuesto,

donde no faltará, es claro,

un buen plan general para mantenimiento.

La termita trabaja dos turnos y descansa

con la satisfacción de que su obra continúa

a pesar de las muchas dificultades.

Los hombres del mar se alejan con sus mercaderías

y entre bromas y ron la recuerdan.

¡Ah! -se dicen- La empecinada termita y sus pequeñísimos dientes.

Sus graciosos discursos, de pronto,

quedan atravesados por silencios terribles

y el rumor de las jarcias

eriza inesperadamente el vello de sus espaldas.

 

(De Pretzels, 2005)

 

 

  

 

Así como no vuelve el día

A girar en sus goznes las horas ya pasadas

Y en lo alto su sol habrá de descender

Hasta perderse

Así te perderás

 

Así te perderás como se pierde

El perfume en el aire que siempre sopla fuerte

Te perderás de un modo tan terrible

Que ni a tus ojos podrás reconocer tu propia piel

Ni tus oídos escucharán tu voz

Como si fuera otro ese que habla en ti

Ni aun tu sangre

Responderá en el pálpito

Y la lengua pronunciará

Un idioma que hasta hoy te es desconocido.

 

Que no te aflija

Nada se pierde con perderte.

 

*

 

Te llamarás Amargo, en tus encías

Florecerá un jardín de arborescente sarro

Y en tu alta cabeza seborrea arrancará mechones

Cataratas de nieblas en tus ojos

 

Te llamarás Llagado sin afrenta

La viva piel que ulcera la tierra donde pisa

Te llamarás Sin fe

Y habrá otro tú

Edificado en pena

Que infectará en redondo

 

La lepra es justiciera

Habrá de distinguirte en el mercado

La turba dando voces

Anunciará que llegas

Que el tufo de tus ácidos

Se anticipó a la clara campanilla

 

*

 

Como el día

Así habrá de abrirse entre tus manos

La luz de lo que fuiste

En tu amargura

 

Recordarás la marca que han dejado

En tu piel

Las horas para siempre perdidas

 

En tu cansado corazón

Levantarás un túmulo

De toda esa tristeza

 

Y te dirás

Que no es afrenta saber en carne propia

En propia sangre

Dolerse en la aflicción

 

*

 

Nadie hubiera creído

Que pudieras alzar

La voz desde el abismo

Que en tu orgullo vencido

Pudieras elevarte

Sobre tus propios pies

 

Nadie hubiera creído

Que pudiera volver

A tu garganta

El soplo de tu canto

La dulce algarabía del desastre

 

Nadie hubiera creído que tu ruina

Sería tu salvación

 

(De El deseo postergado, 2007)

 

 

 

 

 

Mario Bojórquez (Los Mochis, México, 1968). Poeta, ensayista y traductor. Realizó estudios de Lengua y Literatura Hispánicas en la UNAM. Sus primeros libros han sido reunidos en El rayo y la memoria (2012) y en la antología Aquí todo es memoria (2016). Ha obtenido los Premios Bellas Artes de Literatura, Nacional de Poesía Aguascalientes (2007) y Nacional de Ensayo Literario José Revueltas (2010), el Premio Alhambra de Poesía Americana del Festival Internacional de Poesía de Granada, España (2012), la Distinción Príncipe y Poeta Tecayehuatzin de Huexotzinco (2012), la Presea Ignacio Rodríguez Galván (2015), el Premiul Literature Fārā Frontiere de Transilvania, Rumania (2016), la Medalla Klísthenes del Demos Aigaleo de Atenas, Grecia (2017), entre otros reconocimientos. Colabora en Círculo de Poesía (https://circulodepoesia.com).

Written by Mario Meléndez

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